¿Qué es la inteligencia financiera?

La inteligencia financiera son los conocimientos que nos permiten solventar los problemas que surgen alrededor de nuestras finanzas. Cuando tenemos inteligencia financiera, somos capaces de detectar las oportunidades, de tomar mejores decisiones, de emplear de manera estratégica e inteligente los fondos que tenemos y evitamos gastos innecesarios que ponen en riesgo nuestra estabilidad económica.

Para tener inteligencia financiera, es necesaria la educación, pues no es una habilidad inherente al ser humano y, por este motivo, hay que trabajarla. Diferentes estudios han determinado que las personas carecen de conocimiento sobre finanzas, por lo que desconocen los conceptos básicos y características de los productos financieros disponibles en el mercado. Por lo tanto, las personas suelen tomar decisiones sobre ahorro, inversiones y deuda sin tener certeza sobre las condiciones más favorables que deben evaluar antes de comprometer el futuro financiero. De allí la importancia de una correcta educación financiera.

Es importante mencionar que las personas que alcanzan la riqueza y la libertad financiera se educan constantemente, no solo en el plano financiero, sino también en el emocional; invierten en conocimiento para beneficiarse a mayor escala con un mejor trabajo, mejores ingresos y mejores relaciones.

Pilares de la inteligencia financiera

La inteligencia financiera consta de tres pilares fundamentales, a saber: mantener bajo control los gastos que no son necesarios; trabajar e implementar estrategias de ahorro; y buscar nuevas maneras de obtener o generar ingresos pasivos.

Mantener bajo control los gastos que no son necesarios. El primer paso es aprender a controlarte, en la mayoría de los casos no va a pasar nada si tu dinero se queda más semanas en tu cuenta bancaria o en tu inversión. Analiza en qué vas a gastar y en qué te beneficiará esa compra. Haz un plan de gastos, pero principalmente piensa en tu futuro, recuerda todo lo que te costó ganarte ese dinero, valora tu esfuerzo, disfruta del presente y recompénsate por eso, pero no en una sola noche.

Trabajar e implementar estrategias de ahorro. Los elementos para construir un hábito son la intención, disciplina y un objetivo. Para lograr que el ahorro se convierta en un hábito, se requiere de los mismos ingredientes, de allí la importancia de que comiences a ahorrar con un objetivo, piensa cuánto puedes ahorrar si comienzas desde hoy o si esperas cinco años más. La mayoría de los problemas económicos no se deben a la falta de ingresos, sino a la indisciplina e incapacidad de ahorrar.

Nuevas maneras de obtener o generar ingresos pasivos. En la medida que vayas avanzando en las distintas etapas, analiza las posibilidades de inversión que puedan generar los ingresos pasivos que mejor se adapten a tus necesidades y posibilidades. Además de las ofrecidas por el sistema financiero, hay opciones como una marca que te de regalías, la renta de bienes inmuebles, un negocio, una empresa, vender cursos en línea, crear videos para redes sociales, cobrar por publicaciones patrocinadas, etc.

Analiza tu situación financiera

Antes de nada, comienza con un análisis de tu condición económica, esto te permitirá ser consciente de la realidad de tus ingresos y tus gastos, confirmar si tienes o no capacidad de ahorro y ver si estas recibiendo todo el dinero del que precisas o si lo estas desperdiciando en compras que no tienen sentido. Para que lleves a cabo este análisis, te recomiendo lo siguiente:

Diseña tu propio plan financiero. ¿Qué objetivos tienes a corto, mediano y largo plazo? Anota cada meta en un lugar visible y pregúntate si tus acciones del presente parecen guiarte hasta allá.

Organiza tus cuentas. Conseguir hacer un registro de tus ingresos y tus gastos puede ser una gran idea a la hora de sanear nuestras finanzas y adquirir herramientas para mejorar nuestra inteligencia financiera. Organizar y ver cómo entra y sale el dinero de nuestras cuentas nos ayudará a gestionar mucho mejor nuestro dinero. Una buena idea es planificar los gastos y los ahorros. Poco a poco verás cómo eres más consciente de todos lo que puede ser superfluo y de lo que es realmente necesario, tus cuentas irán creciendo.

Cuidado con los créditos. Es muy tentador contar con ayudas que te permitan hacerte de una forma más fácil con lo que quieres o necesitas, sin embargo, la idea principal de la inteligencia financiera es la de ayudarte a tener tu propia libertad, contar con ahorros suficientes para el futuro. Si ahora pasas el día pagando intereses, no podrás contar con el dinero suficiente en tu cuenta para cuando de verdad lo necesites.

El dinero puede ser una fuente de alegrías o de preocupaciones, tanto si se tiene mucho como si se tiene poco, por lo que lo que es realmente importante no es la cantidad de dinero que tenemos, sino cómo lo administramos, y es aquí cuando entra en juego la inteligencia financiera. Desarrolla tu inteligencia financiera y tu calidad de vida mejorará notablemente… Si no sabes cómo comenzar, busca ayuda profesional.